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26 Entonces Agripa le dijo a Pablo:

―Tienes permiso para defenderte.

Pablo hizo un ademán con la mano y comenzó así su defensa:

―Rey Agripa, para mí es un privilegio presentarme hoy ante ti para defenderme de las acusaciones de los judíos, sobre todo porque tú estás bien informado de todas las tradiciones y controversias de los judíos. Por eso te ruego que me escuches con paciencia.

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